17 Oct Mi carrera con el diablo. Joseph Pearce
Mi carrera con el diablo. Del odio racial al amor racional
Joseph Pearce. Ed. Palabra, 2013. 256 pp.
“Era el segundo día de una condena de doce meses de cárcel. No era la primera vez que estaba en ella. Cuatro años antes, había cumplido una condena de seis meses. En ambos casos me habían encarcelado por publicar material que se consideró incitaba al odio racial (…). Yo era dirigente del Frente Nacional, una organización que defiende la supremacía blanca y pide la expulsión forzosa del Reino Unido de las personas que no sean de raza blanca. También era el editor de Bulldog, el periódico del Joven Frente Nacional, y lo que publiqué en este periódico fue el motivo de mis dos condenas de cárcel”
Así empieza su autobiografía espiritual Joseph Pierce. A los quince años se enroló en el Frente Nacional del Reino Unido y rápidamente obtuvo su liderazgo gracias, sobre todo, a su “buen hacer” en todo tipo de propaganda racista sin tapujos. Y, aunque heredó la “mentalidad de caballero” con la que su padre concebía toda lucha y que le libró de unirse a las bandas más radicales, sabía que “no se podía construir una Gran Bretaña racialmente pura sin romper algún cráneo”. Por ello, como si se tratara de un soldado, se entrenó para coger buena forma física y luchar siempre que fuera necesario; e incluso llegó a “flirtear con el terrorismo” en contra de los radicales católicos del Ulster y el IRA.
No obstante, los planes de Dios a menudo son de lo más misterioso y a veces actúan cuando menos se espera. Así lo cuenta Joe Pierce en Mi carrera con el diablo, cuando, también sorprendido por la alegría del cristianismo —como decía uno de sus autores preferidos, C. S. Lewis—, se encontró ante “el día más negro de su vida”, con doce meses de prisión por delante. Doce meses que aprovechó para leer a Chesterton, Belloc y Lewis y correr su particular carrera (race) con el diablo entre dos extremos totalmente opuestos: from racial hatdret to rational love; es el juego de palabras que hace en el subtítulo y que solo en inglés tiene toda su fuerza.
Pearce, autor de grandes biografías como la de Chesterton o Shakespeare, escribe aquí con la misma soltura y sumerge al lector en su propia historia desde el comienzo. De un modo muy sincero, describe todo su proceso, gracias al que el lector se dará cuenta de que Dios realmente actúa y, como dice el mismo Pearce de uno de sus biografiados, Solzhenitsyn, se da cuenta de que “la verdad no solo supera a la ficción, sino que tiene un final más feliz”.
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