Érase una vez… Donju

Don Julián Urbistondo nos dejó con 93 años. Donju –así lo hemos conocido siempre, cariñosamente–, para mí fue siempre mayor. Y no lo digo con desdén. Todo lo contrario: de esos mayores-abuelos que, sin remordimientos, robarían un trozo de cielo –sí, sí: del cielo azul que nos cubre–, si con ello pudieran hacer feliz a uno de sus nietos. Y es que Donju, de ojos pequeños y sonrisa picarona, tenía un corazón grande y joven que se hacía querer. Porque –lo notabas–, te quería. En el Colegio Mayor Belagua era toda una institución. ¡Como para no serlo, después de casi cinco décadas viviendo en él! Corazón grande y –es lo que tienen los que saben amar–, gran humor. ¡Cómo le gustaba contar chistes! Y si eran un poco “picantones”, mejor. Me viene a la memoria el de los trillizos; que aún me río cada vez que le recuerdo contándolo, en una tertulia que tuvimos con él y que a más de uno le rompió el saque. A veces eran chistes muy malos, lo reconozco, pero valía la pena verle y oírle. Porque lo disfrutabas. ¡Con qué ilusión te enseñaba esa foto con san Josemaría, que para muchos pasaba desapercibida, en la sala de estar! Elegante, él, como siempre lo fue, tenía unos 17 años. Sonriente y repeinado. En una calle de San Sebastián, la ciudad que le vio nacer. De ese San Sebastián que también tenía un rinconcito en su corazón.

Y, claro, fuimos muchos los que cupimos en ese gran corazón. Dos generaciones.

Me lo presentó mi padre, cuando fui a estudiar a Pamplona. Donju le recordaba con mucho cariño, porque a él –además de contar chistes– le gustaba cantar. Y mi padre, en esa época de estudiante de Arquitectura, lo hacía mucho: guitarra en mano, recitaba cantautores de moda en esos años; Serrat, Raimon, Atahualpa Yupanqui, Moustaki…: en Belagua o en Goimendi, el colegio mayor de las chicas, que ahí le habían invitado, alguna vez. Donju, cuando me veía, me hablaba de una canción que mi padre había cantado mucho. La de “la rosa ambulicata am papé da plata”. Que me lo decía así, con su sonrisa tan característica. Y yo sabía que hablaba de “Els vells amants”, una preciosa canción de Serrat que habla de la historia de amor de un matrimonio que se quieren porque todos los días han sabido hacer nuevas cada una de las cosas de la vida ordinaria. De cómo “se mecen todas las noches como dos niños pequeños” y cómo “se preguntan: ‘¿estás bien? ¿hoy no te duele nada?’”. Y –sigue la canción–, cada año, “por san Jorge él le comprará una rosa, envuelta en papel de plata: nunca olvidará esa fecha. Y, así, por las calles se pierden los amantes con una flor y su ternura”.

Una vez fui a su habitación-despacho –esa que parecía un pequeño museo de detalles que le habían dado los que le apreciaban, a lo largo de los años– y le pregunté si quería que le cantara “la de la rosa ambulicata am papé da plata”. Y yo, sin guitarra –que, desgraciadamente, apenas sé tocar cuatro acordes–, me puse a cantar. Estaba feliz. No por mí, sino porque –estoy convencido– le trasladé a esos años, a esa amistad y, por qué no, a escuchar una letra que describía lo que había sido su vida y siguió siéndolo durante muchos años más: una historia de amor a Dios y a los demás, que crecía día a día entre las cosas más cotidianas de la vida. Es lo que aprendió de san Josemaría en unas calles de San Sebastián. Y es lo que notábamos –quizás sin darnos cuenta, a veces– en esa mirada de ojos pequeños y sonrisa pícara.

Porque Donju sabía amar.

4 Comentarios
  • Gonzalo urbistondo
    Publicado a las 20:45h, 06 septiembre Responder

    Me ha gustado mucho lo que me cuentas de Donju. Durante una época (4/5 años), me llamaba muchos domingos al atardecer para contarme un chiste y yo trataba de acordarme de todos los que oia por ahí para corresponderle. Y como decía el otro día, citando a alguien, nunca hablábamos de Dios pero siempre estaba presente..

    • Jaume Figa i Vaello
      Publicado a las 20:49h, 06 septiembre Responder

      Muchas gracias, Gonzalo, por tu comentario. Efectivamente, era como tú dices: de su cariño se adivinaba a Dios. ¿Eres pariente suyo?

  • Jose Alberto Sanchis
    Publicado a las 22:17h, 10 septiembre Responder

    Me acuerdo mucho de está canción que cantaba tu padre de Serrat.

    • Jaume Figa i Vaello
      Publicado a las 16:39h, 11 septiembre Responder

      Es una gran canción. Yo la aprendí de él, antes que de Serrat… 🙂

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.