La vuelta a los clásicos

Cuando John Lasseter se hizo cargo del aspecto creativo de la mayor compañía de cine de animación, Disney ya llevaba un par de años sin el departamento de animación tradicional: había decidido hacer borrón y cuenta nueva: según ellos, sólo triunfaba el cine digital…

No obstante, el director de Toy Story (1995) tenía claro que el problema no estaba en la técnica si no en la historia: la técnica sólo sirve para apoyar una buena historia; de ahí su máxima: «la historia está al servicio de la técnica, y la técnica, al servicio de la historia». Y por eso, volvió a lo de antes, y puso en marcha The princess and the frog (2009): en mi opinión, un gran regreso a los clásicos de antaño

La historia de una niña que ni en sueños besaría la asquerosa boca de una rana y -¡cosas de la vida! y muy a pesar suyo- acaba haciéndolo para ayudar a un supuesto príncipe, pero en lugar de volver él a su cuerpo real, es ella la que se convierte en un animal, es una historia sin más pretenciones de lo que ya es. Nada complicado: sencilla, amable, está claro quién es el malo y quiénes los buenos, llena de buenas intenciones, con virtudes y lección moral incluida… Y eso es lo que la convierte en clásico. ¡Y buena música! Sí, ver Tiana y el sapo –prefiero el título inglés-, es recordar los mejores momentos de Disney: desde las más antiguas como Cenicienta (1950) a las más modernas como La Sirenita (1989) o La Bella y la Bestia (1991).

The princess and the frog es una gran película de animación que coge dignamente el relevo. Dignamente, digo. No es un diez: se pierde un poco en la mitad del metraje -el guión flaquea y algunos personajes no están del todo trabajados-, pero de eso, a decir que se está acabando el toque artístico de Lasseter…, creo que es demasiado.  Es verdad, no ha sido un bombazo de taquilla, pero tampoco se ha quedado tan mal. De los 105 millones de dólares de presupuesto (unos 70 millones de euros), más del doble ha ingresado en el mundo entero. No es lo que suele ganar Pixar con las suyas –Up ganó más de 700 millones-, pero no creo que haya motivos como para alarmarse.

A veces me da la sensación de que hay como demasiada envidia por parte de otros animadores (especialmente de los que se fueron por patas, quizá) y, por parte de Disney, algunos creo que tienen la vista muy pendiente de «la pasta». De momento, parece que se han echado atrás con La reina de las nieves y de Rapunzel… sencillamente ya no se llama Rapunzel, sino Tangled (que significa algo así como «enredada»). Dicen que una película con nombre de princesa, sobre todo gusta a las chicas y se olvida del otro público; y no les digo que les falte razón (¡para que después digan que no somos distintos!: mi sobrina de 6 años prefiere ver princesas… y es lo que pidió ver el día de su cumpleaños, ante el fastidio de los primos y hermanos… Eso sí: al final consiguieron convencerla de que en Wall·E también salía una «chica» y, contentos por la victoria, vieron la del robot basurero…).

No creo que tenga nada malo especificar el público objetivo; siempre y cuando se crean buenas historias. Y Ron Clements y John Musker, coautores, también, de las magníficas La Sirenita Aladdín (1992), la han adaptado, escrito y «filmado» muy bien. Para Lasseter pienso que era un reto, el volver a los clásicos. Y lo ha superado, otra vez.

¿Que es para un público más minoritario? Quizá, pero no me importa. En Disney – Pixar se cuida lo que se escribe y, espero, que aún dure mucho. Y cuando alguien dice que está de capa caída, le iría bien que viera el historial lasseteriano… Es verdad, no podrá durar para siempre, pero hoy por hoy son los mejores ¿Qué pasará con la próxima? Ya veremos. De momento, os dejo lo único que hay en la red a día de hoy.

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2 Comentarios
  • Inn Tee Toon
    Publicado a las 17:33h, 03 mayo Responder

    Uno de los problemas de «la princesa y el sapo» que no mencionaste fue el hecho de incluir escenas «muy fuertes» para una caricatura infantil, como el vudú. Al menos a mi hermanita de 4 años no le gustó debido a estas partes, supongo que a muchos niños (y padres) tampoco les agradó mucho y generaron mala publicidad.

    En cuanto a Rapunzel, se ve todo misterioso, podría ser de un aficionado o algo, pero en fin, el tiempo lo dirá.

    Salu2

    • jaumefv
      Publicado a las 07:47h, 04 mayo Responder

      tienes toda la razón. De todos modos, creo que esta diferenciación tan clara entre -si quieres- el bien y el mal, es algo también muy propio -creo yo- de los clásicos de Disney. Hay que pensar, por ejemplo, en lo malvada que aparece la bruja en Blancanieves; o las casi terroríficas escenas de la transformación de Úrsula, la mala de La Sirenita; o, en El Rey León, el baile de Scar -con imágenes calabéricas incluídas- (muy parecido al que Dr. Facilier y sus secuaces tienen en Tiana y el Sapo… Hay muchos momentos en que Disney marca ese terror, pero me parece que es como el modo que tienen de marcar la bondad. Piensa que todos los conocidos como «clásicos» siempre han querido dar una moraleja más o menos ejemplar…
      ¿Qué pasará con Rapunzel (Tangled)? No lo sé, pero veo que a Disney les está «pillando» un poco desprevenidos… Norlmalmente con un año de antelación comienzan a sembrar la red de vídeos e imágenes del nuevo estreno. Los resultados de Tiana creo que les ha sorprendido un poco. No obstante, confío plenamente en Lasseter: aún no me ha dado motivos para no mostrársela.

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