02 Dic Evolucionismo y la elegancia de Dios
Charles R. Darwin (1809-1882) era un científico como cualquier otro; pero un científico al que le tocó vivir una época de cambio. Un buen hombre que se dio cuenta de que las cosas existentes tenían un origen muy distinto del que había estudiado de joven. En ese momento, cuando Darwin estudiaba teología para ser pastor anglicano de una iglesia rural -hay que tener en cuenta que en esos años del siglo XIX los únicos «naturalistas» eran los teólogos-, se explicaba la existencia de las cosas por la teoría «fijista». Esta teoría decía que todas las cosas han sido creados en un momento fijo, determinado, tal como están hoy. Es decir: hace unos 4000 años. No evolución. No transformación. Esto, lo creía también Darwin… hasta después de su viaje por el mundo a bordo del Beagle.
Los monos se mueven en el nivel subhumano, donde todo es pura biología. Los primates no hablan, no porque no tengan capacidad de hablar, sino porque no tienen qué decir».
Es cambiar un poco la idea. Turbón es un hombre ecuánime a la hora de expresar su opinión, pero muy claro, sobre todo al decir que a menudo se usa la ciencia para querer mostrar la ideología:
Nosotros somos más que simples moléculas. Es muy difícil recuperar el ADN de los fósiles y decir que somos simplemente eso: meros animales. Nosotros podemos hacer matemáticas, astrología, reflexionar… Los demás animales, no tienen esta capacidad de abstracción».
La ciencia es muy limitada en su conocimiento, a diferencia de lo que quieren hacer ver algunos científicos que se han apoderado de los medios de comunicación. Lo que dicen, es parte de la verdad. Decir que es toda la verdad, es una postura ideológica».
No podemos afirmar: creación o evolución. La fórmula exacta es creación y evolución, porque las dos cosas responden a dos preguntas diversas. El relato del polvo de la tierra y del aliento de Dios no nos narra cómo ha tenido origen el hombre. Nos dice lo que es. Nos habla de su origen más íntimo, ilustra el proyecto que está detrás de él. Viceversa, la teoría de la evolución trata de especificar y describir procesos biológicos. No logra en cambio explicar el origen del ‘proyecto’ hombre, explicar su derivación interior y su esencia. Nos encontramos por ello frente a dos cuestiones que se integran, no se excluyen».
El azar estadístico sí existe, pero es compatible con que un ser superior haya introducido procesos de azar… Imagina un piloto en el polo norte. Decide viajar hacia algún lugar de la tierra, pero al azar: en función de los dados, hacia un meridiano o hacia otro… Si no detiene el avión, siempre llegará al polo sur. Un proceso de azar, pero con una finalidad. ¿Azar? Sí. Pero no es incompatible con un fin».
La evolución es la elegante manera con que Dios creó al Hombre».
Anónimo
Publicado a las 10:26h, 03 diciembre¡muy bueno! ¡qué alegría ver que hay personas que defienden que somos más que una simple amalgama de moléculas!