Paperman: delicia en b/n y un poco de carmín

Hay veces que uno se queda anonadado. O porque no sabe qué decir ante un disparate –del tamaño que sea– o porque ha visto algo sencillamente –¡cómo me gusta esta palabra!– genial. Con Paperman (2011) me ha ocurrido lo segundo: a la espera de The blue umbrella, que tiene pinta de seguir la misma técnica –mezcla de animación tradicional y 3D–, Disney nos regala este fantástico cortometraje. Fantástico por su sencillez y por su bonita historia.

Es precisamente porque nos gusta lo que vemos, que inmediatamente nos hacemos con el relato, aceptamos lo fantasioso y decimos –casi diría: «¡le exigimos!»– a George, el protagonista: «¡Se puede saber a qué estás esperando?»

Muy acertado lo que dicen los de «Las horas perdidas«:

Una auténtica hermosura y la clase rara de cortometraje que depende más del alma que del cerebro. Increíble lo lejos que puede llegar esa fórmula, bien planteada.

Es así. Y es –me parece– el toque Lasseter.

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