Brave: Pixar vuelve a tocar La Luna

A decir verdad, fui a verla con un poco de «temor»: quizá temor pueril por algo con el que no tengo nada que ver, pero -así son las cosas- me apasiona: hasta que no me demuestren lo contrario, siguen siendo los más grandes; aún, después del supuesto tropezón llamado Cars 2. Temía que me defraudara; pero no lo hizo. Fui, la vi, y disfruté.

Había leído unas cuantas críticas que -como sí ha ocurrido en casi todas las demás-, no todo lo que leía era halagüeño. Y sí: no puedo aguantar leer, antes de ver una película, qué dicen los demás. Así son las cosas, y así tomé asiento ante la pantalla gigante. Anuncios y, primero, lo siempre esperado, el cortometraje… Pero vayamos por partes.

¿Qué vi en Brave? Una gran película. ¿Por qué hay gente que se empeña, ahora, en buscar las meteduras de pata de Pixar? No es de las mejores -lejos está, me parece, de Up, por ejemplo: ¡tan redonda, tan perfecta!-, pero se trata de una historia muy entretenida, llena de todo lo que tienen las películas de Pixar. Y Disney, también: ¿qué tiene de malo que, según dicen algunos, ésta sea la película más disneyana de la compañía del flexo? Si no recuerdo mal, la historia que más éxito tuvo en su momento -sólo superada por Toy Story 3– fue Buscando a Nemo, en mi opinión, la más parecida a los clásicos de siempre. ¿Es por la canción? También la tenían Toy Story 1 2No es musical -como sí lo son muchos de los «clásicos Disney»-: es un modo de explicar mucho en muy poco tiempo. A veces puede ser como una falta de «pluma guionística», y no me parece que sea este, el caso.

Brave está cargada de humanidad, como nos tienen acostumbrados los de Lasseter. Mérida es la princesa de un reino escocés, hija de Fergus y Elinor. Una chica con ganas de romper las tradiciones y ser ella misma… pero adolescente; es decir, que adolece -en este caso- de la necesidad de pensar en los demás. Con el afán lógico de no tener que encorsetarse en las costumbres machistas de su pueblo (concretamente a las fuertes tradiciones de su madre), no es capaz de ver más allá de lo que ella piensa y/o quiere. Es por eso, que decide recorrer a la brujería y provocar algo de lo que no sabrá calcular las fatales consecuencias.

Es la historia de la relación entre Mérida y su madre: una historia muy fuerte y muy real (la de la misma Brenda Chapman y su hija). Cargada de emotividad, a costa  de dejar -eso sí- un poco de lado los personajes secundarios. Aunque no a todos: a los hombres se les muestra como simples «machotes» y torpes, con pocas luces; pero el rey Fergus cae muy simpático: aún siendo un simplón, tiene un corazón que no le cabe dentro. Y los hermanos trillizos de Mérida, sin estar muy bien descritos, son la nota cómica de toda la película y quienes acaban teniendo un papel fundamental.

También en Toy Story 3 presentaban a muchos personajes, de los cuales, no todos están bien desarrollados, pero sí tenían un papel, aunque pequeño, a veces, como el Gusano de Biblioteca. En Brave, además, se hace un sencillo pero simpático homenaje a Steve Jobs, a través de Lord Macintosh y su hijo. Y también parece un homenaje a Hitchcock, a través de la familia MacGuffin…

Es una película que habla del binomio Mérida-Elinor, repito. Muy bien descrito y narrado, a mi entender. Al espectador le gusta el carácter de la hija y su postura, pero también puede entender la de su madre, la reina. Una historia que da mucha importancia a la familia, como ya hizo Pixar con Los Increíbles.

Técnicamente, Brave es perfecta: eso no es nada nuevo. Pixar siempre ha sido así. Son muchos los retos que planteaba la película: desde la creación de la melena pelirroja (¿os acordáis de los casi 3 millones de pelos que tenía Sully, en Monsters Inc.?), pasando por los increíbles paisajes escoceses y el ropaje de seda de la reina y la misma Mérida. Un vistazo a este artículo puede hacerte a la idea de lo que digo.

Y, ¿qué decir de La Luna? En Married life, la historia del matrimonio entre Carl y Ellie, los de Pixar nos mostraron cómo son capaces de contarnos tanto, en tan poco. El corto más largo de Pixar, lo titulé. Aquí, el italiano Enrico Casarosa -que ya trabajó en los storyboard de Ratatouille Up– vuelve a dar en el clavo, junto a su compatriota Michael Giacchino, al mando de la banda sonora: ¿cómo contar una historia de tres generaciones: abuelo, padre e hijo? Esto es La Luna. Un gran corto que se merece un post a parte. Todo a su debido tiempo.

2 Comentarios
  • Juan
    Publicado a las 18:34h, 17 octubre Responder

    Tengo muchas ganas de verla. Admito que no tengo mucha fe en la historia, pero las imágenes parecen impresionantes. Por cierto, he escrito un artículo sobre las películas Disney en mi blog de cine, por si interesa: http://laestaciondelfotogramaperdido.blogspot.com.es (pronto lo dedicaré a Pixar, que parece que en este blog gusta más); saludos!

    • jaumefv
      Publicado a las 07:26h, 18 octubre Responder

      Gracias, Juan. Tal como tú dices, técnicamente es espectacular. La historia a mí me gustó, y eso que, tal como digo, iba un poco prevenido. Y sí, tienes razón que me gusta mucho Pixar, pero también Disney: lo que ha sido históricamente y -parece- vuelve a ser. Me gusta tu entrada. La leeré con un poco más de calma y te comentaré. Espero volverte a ver por aquí 🙂 ¡Gracias!

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